Las Tetas de la Madre Tierra
¿Quién no quisiera mamar un poco de agua?
¿Calmar la sed abrazadora?
¿Apaciguar la fiebre?
¿Humedecer la lengua?
¿Mojarse las manos?
¿Lavarse el rostro?
¿Amanecer perlado de rocío?
¿Darse un baño de agua fresca?
Yo quisiera
estar prendido siempre
de las Tetas de la Madre Tierra
Néstor Martínez
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